Las cuevas se forman en acantilados y otras zonas rocosas. La luz, a medida que entramos en ellas, disminuye y en función de esta luminosidad varían sus habitantes. Son uno de los ambientes más interesantes y misteriosos para los submarinistas, aunque sólo los más expertos deben aventurarse en su interior.
Zonas representativas: Cueva del Cañonazo y Cueva del Jarro.